Control vs. libertad, del garabato al haz de líneas

El retrato es una de mis pasiones. Siempre lo ha sido. Desde hace mucho tiempo he tratado de representar en papel y de forma realista a personas importantes de mi alrededor o simplemente dibujar caras de forma aleatoria, pretendiendo lograr con el tiempo una técnica distinguida y única, como la de los ilustradores catalanes Paula Bonet o Conrad Roset. Siempre he creído que primero se debe conocer la técnica y lo clásico para poder innovar, como lo hicieron numerosos artistas.

Sin embargo, con la asignatura de Dibujo, análisis e ideación he puesto en duda mi propio planteamiento. Quizá crear arte no significa estudiar y depender de una técnica, sino simplemente crearla de forma natural y nada intencionada. Por ello, puede que las propuestas que se plantean en clase sean un gran reto para mí, ya que como he dicho, vengo acostumbrado a dibujos estudiados, preparados, con un claro propósito de ser bellos y de adquirir la aprobación de la mayor parte del público, siguiendo en cierto modo los convencionalismos y dogmas del retrato realista. Los propios profesores pueden percibir esa preocupación cuando insisto en que critiquen mi obra. Como repuesta siempre obtengo que quien mejor puede criticar mi obra es yo mismo.

Dicho esto, me gustaria hablar de la clase de hoy. El modelo a seguir ha sido Alberto Giacometti, un pintor y escultor suizo que trabaja el retrato de una forma más próxima a la abstracción que al realismo, y que realiza sus propias versiones de otros artistas clásicos como Rubens. De este modo, la dinámica de la clase continúo practicamente como ayer, solo que aplicada al retrato: se dibujaba un eje de simetría a partir del cual se trazaban los haces de líneas los cuales progresivamente iban descubriendo la cara de una persona. Como he mencionado anteriormente, dejar de lado todo lo que tantos años me ha preocupado a la hora de dibujar retratos fue bastante complicado. A pesar de ellos, me siento orgulloso de las obras que fui capaz de crear, puesto que antes esto hubiera sido impensable para mí, pero no paro de trabajar para abandonar todo aquello que me bloquea para conseguir esa "libertad controlada" que caracteriza a los retratos de Giacometti. Con ello, os muestro el resultado de los dibujos de hoy: