Nuevas técnicas, nuevas obras y nuevas reflexiones

Avanzan los días, y así lo hacen los contenidos de la asignatura de dibujo, análisis e ideación. En esta tercera semana hemos continuado trabajando el garabato y la caligrafía, pero ha llegado la hora de darle paso a las técnicas húmedas. Acrílico blanco y negro, agua, brocha y papel han sido los materiales que han bastado para crear nuestras nuevas obras. En mi caso ya estaba familiarizado con la acuarela y el acrílico, pero no lo estaba con un papel de tales dimensiones, ni mucho menos con el tipo de pintura que estaba a punto de dibujar. Cada semana se convierte en un reto, y esta no podía ser menos.

En referencia a los dibujos que he realizado, y siendo totalmente sincero, considero que podría haberlo hecho mucho mejor. Lo cierto es que quizá me resulta dificil abandonar los convencionalismos, y constantemente ansio alcanzar algo casi perfecto, lo que actúa como un muro que bloquea mi cabeza, y más concretamente, la fluidez de mi mano. No obstante, puedo afirmar que llevo tiempo trabajando para que eso no me ocurra, incluso mucho antes de comenzar la carrera, y no voy a parar hasta conseguir esa libertad, sentimiento, dinamismo, experimentación, disfrute y pasión que caracteriza al arte abstracto. Con ello, procedo a enseñaros cual fue el desenlace de los ejercicios planteados en clase.

Como podéis comprobar, las tres primeras obras son garabato puramente libre, podría considerarse una toma de contacto de los materiales. En cambio, para realizar la última obra no fue necesario el uso de la brocha, sino que el objetivo era sustituirla con el canto de un cartón o un papel doblado. A juicio de Burgaleta el resultado fue muy bueno, y

finalmente se colocó con el resto de láminas que los profesores seleccionaron.