Garabato y caligrafía

El propósito de la clase del día de hoy era el dibujo de una secuencia de garabatos creados aleatoriamente, sin olvidar técnicas ya aprendidas como el borrado. Se trataba de reproducir formas que comparten una serie de características, de una forma dinámica y arbitraria. Se consideraba necesario un cierto control de la mano, lo que podía desencadenar una mayor angustia en el proceso creativo. No obstante, las posibilidades de dibujar esa sucesión de garabatos eran infinitas, por lo que la mano continuaba gozando de libertad. Por ello, la tarea se convirtió en un ejercicio de sensibilidad, en el que se requiere cierto dominio del tiempo y la voluntad.

En ocasiones esa combinación de libertad y control me produjo cierta confusión, ya que al mismo tiempo que pretendía dejar fluir mi mano, debía dibujar una serie de figuras intencionadas, contrastando con las anteriores clases, en las que el objetivo era conseguir un conjunto de contornos descuidados sin importar demasiado su estructura y posición en el papel. A continuación, me dispongo a realizar un breve análisis de los garabatos que realicé en clase.

Esta fue la primera obra que realicé. Los primeros esbozos de la parte superior fueron realizados más tímidamente que los que ocupan la parte inferior, los cuales son más dinámicos e improvisados. No obstante, decidí dibujar sobre esas figuras otras de color negro dotadas de mayor movimiento.

Posteriormente, cogimos una brocha humedecida con agua y nos dispusimos a trazar un gran garabato central sobre la secuencia que habíamos dibujado anteriormente. El resultado no fue el esperado, ya que considero que la intensidad del trazado es insuficiente. Quizá la elección del papel negro no fue la acertada.

Con el propósito de conseguir más fuerza, cambié brocha por barra chunky negra y utilicé papel blanco. En este caso, comenzamos dibujando la figura central y después, la secuencia. Con ello, considero que conseguí mi objetivo. En esta composición se puede apreciar además una técnica de borrado en la parte central.

A continuación, tomando como referencia la obra del artista Brice Marden, dibujamos columnas que supuestamente debían mantener una relación estructural. Sin embargo los primeros esbozos no hicieron justicia a las palabras del profesor Burgaleta.

Después logramos un mejor resultado.

Con todo ello, dimos por finalizada la clase. Durante el camino de la universidad a casa, no podía parar de analizar lo que había dibujado en mi cabeza, tomando como referencia a los artistas mencionados en clase y atendiendo a los nuevos conceptos incorporados a nuestra educación artística.